En un artículo anterior en este blog he tratado de dar una mirada inicial global al futuro incierto del negocio del gas natural, debido principalmente a la irrupción en el mercado mundial del gas natural no convencional. En ese artículo me cuide de no entrar al tema del contrato de exportación del gas de Camisea de Peru LNG, fundamentalmente por ser un tema de controversia político-social, que hace muy difícil mirar el problema estrictamente desde el punto de vista técnico-económico.
Sin embargo, las noticias y los análisis de los expertos sobre el mercado mundial del gas natural siguen llegando (ver reciente artículo en el The Wall Street Journal Americas, publicado por la edición del 11 de abril de 2011 del suplemento Día 1 de El Comercio), por lo tanto creo que no es prudente dejar de examinar el impacto que puede tener esta recomposición del mercado global de gas natural en nuestro país; el único exportador, por el momento, de Gas Natural Licuado (GNL) en América del Sur. Y no solo eso, sino que todavía no hemos encontrado un consenso interno sobre el mejor uso del gas de Camisea entre el mercado interno, que tiene una demanda creciente, no del todo satisfecha, y la exportación.