jueves, 7 de julio de 2011

Los Hidrocarburos, ¿Listos para dar la Gran Batalla?

Así parece, al menos en la visión que proyecta el Sr. John Watson, CEO de Chevron (una de las 6 super grandes compañías de petróleo del mundo), en la entrevista que le hizo el Wall Street Journal (WSJ) el 16 de abril de 2011.

¿Qué dice el Sr. Watson? Pues, que en teoría "hemos estado acabando el petróleo y el gas por un largo tiempo", sin embargo, la tecnología crea nuevas oportunidades. El Sr. Watson cita un campo de Chevron en Bakersfield, bastante tiempo en declive hasta el punto que por cada 100 barriles de petróleo "en sitio", la empresa extraía sólo 10 a 20 barriles. Pero gracias a una nueva tecnología llamada "inundación de vapor", Chevron está obteniendo 70 a 80 barriles. El Sr. Watson señala que "el precio crea incentivos, y la energía se desarrollará si hay demanda de la misma al precio que permite desarrollarla". En ese sentido, "el petróleo y el gas son abundantes" (ver también el artículo del Wall Street Journal Las Américas: "La carrera por conquistar la próxima frontera del petróleo", publicado en El Comercio, Sección Economía, el 25 de mayo de 2011; que presentamos a continuación).


¿No lo cree? Bueno, en los últimos 30 años, incluso con "el pico del petróleo" como tema de moda, las reservas probadas mundiales de petróleo y gas natural aumentaron un 130%, a 2.5 billones de barriles. O considere la más reciente innovación energética de los Estados Unidos: "hydrofracking" que permite una producción abundante y barata del gas natural. Este avance, dice el Sr. Watson, "tomó incluso a la industria por sorpresa", como lo demuestran los numerosos terminales en los EE.UU. para importar gas natural licuado que ahora están "parados sin hacer nada."

Sí, "necesitamos todas las formas de energía." Pero dice que el mundo consume hoy en día 250 millones de barriles de petróleo equivalentes de energía, de la cual sólo una "pequeña fracción es de viento y solar", e incluso esta "no es asequible económicamente a gran escala".

En cuanto a los biocombustibles, "tendríamos que usar extensiones de tierra del tamaño de estados" para lograr los objetivos actuales de producción de etanol. Chevron está investigando los biocombustibles, pero el Sr. Watson dice que "la economía de éstos no cierra todavía." A diferencia de muchos ejecutivos, el Sr. Watson insiste en productos que puedan prosperar sin los subsidios federales, que él cree que son costosos y poco transparentes considerando que "los bolsillos de los consumidores son muy ajustados, y los bolsillos del gobierno son aún mas ajustados".

En pocas palabras: "Vamos a necesitar el petróleo, el gas y el carbón durante mucho tiempo si Estados Unidos quiere mantener las luces encendidas".

Esto resume bastante bien las opciones que tiene América para enfrentar su política energética. Se pueden escuchar los cantos de sirena de Washington sobre energía alternativa, proveyendo los escasos dólares en subsidios verdes, lo que eleva el costo de la energía, y consecuentemente alejando a los fabricantes de los EE.UU. y la pérdida de empleo. O se puede recurrir a nuestros propios recursos de combustibles fósiles, que son baratos y abundantes.

"Lo que veo son personas que quieren una energía asequible", dice Watson. "Ellos quieren estándares ambientales exigentes, y muchas otra cosas, pero, ante todo, quieren una energía asequible. Y si quieres una energía asequible, quieres petróleo, gas y carbón."

Ahora Algunos Comentarios Mios
Uno puede decir que esta es una visión parcializada e interesada, que refleja solo el punto de vista del jefe de una empresa petrolera americana. Sin embargo, hay que hacer notar que es un punto de vista compartido por no pocos norteamericanos y que sus argumentos no son rebatidos adecuadamente por "la otra parte". Pero el Sr. Watson no está solo en su apreciación de que hay hidrocarburos abundantes para rato. Esto es lo que dijo el Profesor Ottmar Edenhofer, en la presentación del Informe Especial sobre Fuentes de Energía Renovable y Mitigación del Cambio Climático (SRREN) en la Universidad Técnica de Berlín (ver el blog del 12 de junio):

".... desde el 2000 se observa que también hay un aumento en la intensidad de emisiones de carbono y esto se debe al hecho que en China, India y los EE.UU. la utilización del carbón ha aumentado sustancialmente, que es una razón importante del incremento de la tasa de emisiones hasta el momento. La pregunta crucial es, ¿podemos asumir que este renacimiento del uso del carbón que se observa puede mantenerse durante las próximas décadas, o nos quedaremos antes sin combustibles fósiles?. Desafortunadamente este no es el caso; tenemos una gran cantidad de combustibles fósiles bajo tierra, que en el escenario "business as usual" depositarán en la atmósfera unos miles más de gigatoneladas de CO2 y la concentración de esto conducirá a un aumento de la temperatura media mundial mucho más allá de dos grados. Pero el mensaje básico aquí es que no nos estamos quedando sin combustibles fósiles."

Como ilustración de lo indicado, en el primer gráfico que se da a continuación se muestra las líneas de tendencia de la producción de petróleo en el mundo, en diferentes periodos desde 1970. Los dos siguientes gráficos muestran lo que se espera en los próximos 20 a 25 años sobre la producción y demanda, por una parte de todos los combustibles líquidos, incluidos los biocombustibles, y de otra parte la producción esperada de combustibles líquidos provenientes del petróleo (algunas diferencias se originan en las distintas fuentes; el segundo gráfico es de British Petroleum y el tercero de la Agencia Internacional de Energía, IEA.




Ahora bien, es también cierto, como se dice, que la edad de piedra no terminó porque desapareciron las piedras, sino porque se desarrollaron otros instrumentos mejores que sustituyeron a las piedras. Pero este no parece ser, hasta ahora, el caso de los combustibles fósiles. Es bueno recordar aquí lo que dice Frank Wolak, director del Programa sobre Energía y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Stanford, sobre el tema de las renovables (ver el artículo "Mirando Otra Vez a las Renovables ..." en el blog del 16 de abril de 2011): "la pregunta que hay que hacerse es si la sociedad está dispuesta a pagar por el costo de esta energía", añadiendo que "el problema es que la gente no siente la necesidad de pagar los costos más altos considerando la gran cantidad de combustibles fósiles que aún está disponible y lo relativamente asequible que es."

Y yo agregaba en el artículo: "En el caso nuestro en Perú, el asunto de (comparación de) costos es todavía más dramático, considerando que tenemos importantes recursos de gas natural convencional y de un gran potencial hidroeléctrico muy poco explotado." Terminando con lo siguiente: "En este punto, el expediente de usar subsidios cruzados forzados (para promocionar las renovables), con la finalidad de sustentar un aumento de costos que no afecta los fondos fiscales, no es una justificación totalmente válida."

Creo que hay tres factores fundamentales que están en juego en la política energética mundial. Primero que todo, el calentamiento global, originado por el aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, producto del uso de los combustibles fósiles. En esto están principalmente "metidos" los europeos, posiblemente con buenas intenciones pero indudablemente también porque no tienen mas remedio que poner todas sus esperanzas, para satisfacer sus necesidades energéticas futuras, o en el ahorro/eficiencia energética o en las renovables, ya que practicamente no tienen combustibles fósiles líquidos o gaseosos (podrían recurrir a la energía nuclear, pero los planes que tenían los han puesto en suspenso por lo de Fukushima).

Segundo, los EE.UU. (todavía la primera potencia económica mundial) es hasta ahora el país con mayor consumo energético y de mayor producción de gases de efecto invernadero en el mundo (aún cuando tiene dudas sobre la solidéz de la base científica que soporta las conclusiones sobre el calentamiento global). Tiene todavía importantes reservas de combustibles fósiles, ha mejorado su eficiencia energética y practicamente ha estabilizado su consumo de combustibles fósiles líquidos (ver el gráfico a continuación). Tiene también grandes intereses a nivel mundial en la explotación de los hidrocarburos.


Tercero, la China. El consumo energético de la China se ha venido incrementando exponencialmente y consecuentemente sus emisiones de carbono a la atmósfera (ver los gráficos abajo sobre el consumo de petróleo de China y otros países). La demanda de electricidad de China se prevé que casi se triplique hasta el 2035, mientras que las importaciones de petróleo se espera que salten de 4.3 millones de barriles de petróleo por día (mb/d) en el 2009 a 12.8 mb/d en el 2035, lo que representa toda la producción actual de Arabia Saudita y México juntos. Las importaciones de gas natural por parte de China también aumentarán al 2035 en un 53%. Además de esto, las importaciones netas de carbón de China seguirán aumentando hasta el año 2015; sin embargo, dependiendo de las políticas del gobierno sobre el tema, China podría o convertirse en un exportador neto de carbón al 2035, o posiblemente importe el equivalente de todo el volumen que hoy en día lo hace en el mercado internacional.



China ha tenido un doble juego en lo que respecta al Protocolo de Kyoto. Al ser parte de la lista de países no sujetos a control de emisiones (correctamente dicho sea de paso, por su relativamente bajas emisiones -en el momento de la firma del protocolo en 1997, su desarrollo económico era comparativamente bajo), y poder acceder a los beneficios del Mecanismo de Desarrollo Límpio (MDL), aprovecho ambas situaciones para simultaneamente incrementar sus emisiones de carbono y recibir el mayor porcentaje de fondos provenientes del MDL (por encima del 70%). Aparentemente, quisiera el mismo trato en el nuevo convenio (si finalmente se logra) sobre el cambio climático.

Para terminar quisiera indicar que estoy cada vez mas convencido que en este tema del cambio climático y las renovables, un país como el Perú, muy lejos de estar desarrollado, y con grandes recursos energéticos todavía no del todo explotados, muy posiblemente sea solamente un peón en el juego de poder de otros (EE.UU. y China, principalmente) con muy poco beneficio, y potencialmente con mucho perjucio, para el país en el largo plazo.


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